este tema lo vi en otro foro y me parecio que lo tenia que postear para que vean lo que pasaron esas familias.
Este fin de semana viajè junto a toda mi familia a la Ciudad de Talca-Chile, situada a 880km de nuestra Ciudad. Partimos el dia Viernes 26/02 llegando alrededor de las 22:00hs, muy tarde luego de charlar con familiares y amigos nos fuimos a dormir tremendamente agotados luego de un largo viaje.
A las 03:28hs un sonido como de derrumbe me despertò, pensè que era un sueño porque
las paredes y el techo ondulaban como si fueran una hoja, me levante como pude pero no me podìa mantener en pie porque todo temblaba, mientras tanto comenzaron a sonar las roturas de vidrios. Lo primero que hice fue juntarme con mi familia sin entender lo que estaba pasando porque todo era extraño, instintivamente como pudimos salimos al exterior de la vivienda pero realmente no sabiamos donde ir porque todo alrededor se movia y sumbaba violentamente, quería entender y comprender lo que estaba sucediendo pero no podia salir de esa pesadilla, los platos cubiertos que estaban dentro del aparador saltaban de un lado para otro, no quedo nada en su lugar, todo era oscuridad y movimiento, fueron 2 o 3 minutos interminables, despuès en forma paulatina todo volviò a la calma pero nuestro enemigo seguìa atacando pero no con tanta intensidad, la luz eléctrica se cortó por completo, esperábamos el segundo ataque, todo era silencio, lo único que hacíamos era preguntar como estábamos entre nosotros, algunos vecinos se acercaron a ver como nos encontrábamos, gracias a Dios la vivienda donde estábamos era de material, resistió la embestida, nunca olvidaré la cara de esos vecinos asombrados sin entender lo que sucedia y esperando el momento de la segunda agresión, planificamos que ante un nuevo temblor nos debiamos juntar en un descampado pero seguíamos muy asustados mientras los vidrios, los portones crujían y temblaban durante una hora. Ya eran las 4 de la mañana, recompusimos energías, tomamos aire y esperamos al monstruo durante toda la noche, asi amanecimos por la mañana. Por la mañana se cortó el suministro de agua, sintonizamos una radio de nuestro auto, el único medio mediante el cual comenzamos a recibir noticias de lo que realmente había pasado, recién allí nos dimos cuenta que estuvimos en un terremoto de los más violentos que se ha vivido en el mundo, un sismo de 8,8º de la escala Richter, 50 veces màs intenso al de Haiti, a medida que escuchabamos a ese valiente perdiodista que pese a lo sucedido estuvo estoico sirviéndo a su audiencia, se hablaba ya en ese momento de un Tsunami, con mucho miedo sabíamos que el maremoto no llegaría al lugar donde estábamos pero en un momento pensamos de irnos algún lugar más alto.
Alrededor de las 11:00 de la mañana ya mas tranquilos salimos a recorrer parte de la ciudad, caminamos alrededor de 20 cuadras, lo que vimos no me lo voy a olvidar en mi vida, gente llorando en la calle, asustados como nosotros de ver tanta debastación, familias enteras armando sus carpas en la vereda, los bomberos, ambulancias y policias haciéndo lo que podían pero asombrados ante tanta debastación. Llevamos nuestra camara fotografica, sacamos algunas fotos pero otras imágenes me las reservo y no tuve la valentia de documentarlas pero mas que nada por respeto a esas personas que estaban al lado de sus casas destruídas que supuse no les iba agradar que un visitante como yo los estuviera fotografiando.
Una vecina del lugar donde estábamos falleció de un infarto luego del terremoto, realmente la entiendo, no pudo superar tal vez el mismo miedo que tuvimos todos nosotros, volvimos a casa, no teniamos ningún tipo de información de nada, incomunicados totalmente, sin combustible las estaciones de servicio, todos los supermercados cerrados, sin agua para tomar y ni siquiera para higienisarse y deciamos "que hacemos acá, porque no estamos en nuestro país", así fue este Sábado, angustia, tristeza, dolor en el alma por ver tanta gente en la calle, con ganas de volver y estar acá y no en un lugar donde no pertenecemos, pero ya nos decian de que los caminos estaban cortados, que no habia combustible y que los pasos internacionales no estaban habilitados, concurrimos ante los carabineros para consultarles como podíamos regresar pero nos respondieron que estaban totalmente incomunicados y que la mejor manera de saber lo que pasaba en Chile era escuchar la radio. Pese a ello decidimos regresar a nuestro país cueste lo que cueste, conseguimos de milagro combustible para nuestro auto en una estación de servicio donde mi padre estuvo toda la tarde haciendo cola para llenar el tanque, en ese lugar muchas personas se peliaron por conseguir un lugar.
En la madrugada de hoy en una decisión alocada o desesperada decidimos volver, recorrimos 500km donde vimos puentes destrozados, la ruta hundida, postes de luz y árboles tirados en la carretera, pero una decisión firme de regresar a nuestra patria y dejar atrás tanta destrucción y tanto dolor.
Hoy estamos en Cipolletti, la lógica dice que era imposible llegar, creo que tuvimos un Dios aparte, nuestro ángel guardián nos acompaño durante todo el camino y hoy lo puedo contar.
No voy a olvidar ese Terremoto, no voy a olvidar esos familiares que llamaban a la radio pidiéndo saber por sus hijos que esa noche no estaban en casa porque se encontraban veraneando en la playa, no voy a olvidar a esas personas que decian "estoy bien", no voy a olvidar a esas personas que estaban a la orilla del mar en un cerro a la interperie pidiéndo que los vayan a rescatar, no voy a olvidar la solidaridad de esos vecinos que sin conocernos nos señalaban que hacer y nos daban tranquilidad, no voy a olvidar ese largo camino a casa, no voy a olvidar la madrugada del 27 de Febrero. muchas veces me contaron lo que era un Terremoto, les puedo asegurar que nada se asemeja lo que vivi esa noche, hoy nos damos cuenta que estuvimos en la Región del Maule donde fue el epicentro de este potente sismo. Ahora pienso que dejé atras mucha gente que en este momento está sufriéndo por la pérdida de algún familiar, por la destrucción total de su casa, sufriéndo hambre, sed, las cañerias de la ciudad se destruyeron totalmente, incomunicados, las lineas telefónicas no funcionan, los celulares saturados, a esta altura sin carga y sin combustible.
Un país totalmente paralizado y ahora me pregunto que sería de nosotros al no haber conseguido combustible, que sería de nosotros de haber dudado en la firme decisión de volver a nuestro país, seguramente estaríamos allí sufriéndo las mismas consecuencias. Rezo por ellos y cuento esta pesadilla que me tocó vivir. Por eso digo que estuve en una guerra durante 24 Horas, no quiero vivir nunca más esta experiencia.